El SII, no es una enfermedad contagiosa,no,no es peligrosa, no atenta contra tu vida, ni puede ser llegar a causar la muerte. No, no es cáncer, no es diabetes, ni tampoco es nada raro. Pero los que la sufrimos esta enfermedad (no puede haber mejor verbo para definirlo) daríamos todo por ser como tú, por andar libremente por la vida, preocupándote de cosas banales, comiendo lo que quieras, sin preguntarte si habrá baño, si estará lejos, si esta vez te dará tiempo o si hoy te dolerá igual que ayer.
Hola, sufro SII (Síndrome de Intestino Irritable) y me conozco todos los baños de Madrid.
Hoy voy a hacer un alto a mi coquetería, a fingir que soy inmortal y etérea y voy a hablaros de mi enfermedad, la única, dolorosa, desesperante, frustrante y a veces hasta cómica enfermedad que padezco. Y tal vez con ello, alguien se sienta un poco más arropado, conozca un poco más de su colon o sean más comprensibles ante esta patología.
Hace mucho tiempo que quiero hablar sobre este tema, pero supongo que la vergüenza y el enfrentarlo tan honestamente me han echado siempre atrás.
Siempre viví con el colon mal, aunque no era consciente de ello. Desde pequeña todos mis malestares eran digestivos, nunca me puse mala de gripe, ni cogí la varicela, en cambio sí sufría gastroenteritis, colitis y hasta tuve salmonella. Mi vida en la adolescencia no fue mejor, con todo el tema de exámenes, entregas y las primeras muestras de responsabilidad, vinieron un sinfín de malestares y bajones emocionales por vivir siempre encadenada al baño. Porque tener Síndrome de Intestino Irritable Tipo 2, es ser el James Bond del aseo público, es salir escopetado del autobús, ingeniárselas para no llegar tarde a un compromiso y fingir que uno se encuentra de las mil maravillas cuando en realidad sólo quiere recostarse, taparse con una mantita y olvidarse del mundo.
Aún así y todo, nunca visité el médico. Entendía ingenuamente que cada vez que enfermaba era una mera casualidad…pero tanta casualidad empezó a despertar mi intriga.
Fue en la larga enfermedad que sufrió mi madre antes de fallecer, cuando mi “colon irritable” se manifestó con más fuerza. Me imposibilitaba realizar cualquier actividad, como si mi colon fuese mi corazón y los dos estuvieran en mal estado. Aunque pasaba largas temporadas en el hospital (cuidando y acompañando a mi madre) era salir del mismo y encontrarme mal. Tanto fue así que el miedo de un apretón inesperado y el deseo de permanecer todo el tiempo posible con mi madre, cortaron mi vida por completo.
Cuando mi madre falleció, no sólo tuve que enfrentarme a el dolor, la pérdida, el desconsuelo, si no a la terrible realidad de estar enferma. Por aquel entonces (hace ya cinco años) emprendí la larga peregrinación a médicos y especialistas (tuve que hacerme un seguro privado) para conocer más la enfermad crónica que padece el 45% de la población, el SII.
Cuando un médico te diagnostica de SII está abandonándote a un pozo sin fondo, porque ese es el diagnostico. El síndrome de colon irritable, a pesar de ser manifestado en 4 de cada 10 personas es una enfermedad desconocida. Es el cajón donde el médico digestivo coloca todas las patologías de clara sintomatología pero de dudosa causa. Se somete al paciente a un autoexamen (un experimento alimenticio) donde se le invita a averiguar qué alimentos no tolera su colon, y ahí te encuentras, comiendo y anotando (como hacía yo) todas las comidas que me sentaban mal en 3 niveles de gravedad. Descubrí que la lactosa era repudiada por mi organismo, y a la lista se añadió la cebolla, el pimiento, el ajo y los archiconocidos picantes, especies, cafeínas y alcoholes. Y para todo esto ningún test, ningún análisis, porque esto no es como los celíacos, no es una alergia, es una intolerancia, y están personal como la diferencia ente Paco y Antonia, yo puedo sufrirla y otro paciente no.
Y como no estaba satisfecha me realicé una colonoscopia y todo relativamente ok, todo lo ok que puede estar una persona que sufre cólicos cada semana. Así que si no tienes sindrome de Crohn o colítis ulcerosa pero te mueres de dolor al ir al baño y vas con demasiada frecuencia, tienes SII.
Durante esa época, de visitas a médicos, de urgencias, de dolor, de, por qué no decirlo, depresión intestinal, un médico me dijo “Tú colon sufre tu pisco” y descubrí el término psicosomático (del que algún día me gustaría hablaros con más profundidad). Psicosomático es una palabra que me cabrea, definiéndose así como la manifestación física del ámbito psicológico. Imaginaos que estáis enfermos y alguien os sugiere que es todo producto de vuestra imaginación, Válgame dios! Como si yo quisiera estar así, dirías.
Con el paso del tiempo y de muy recomendada visita al psicólogo, entendí que la mente y el cuerpo no son dos cosas separadas, si no que forman una entera y compacta. Un circutiro que comienza en tu mente y finaliza en (ups, ups, palabra fea) tu recto. Mi mente desecha mis miedos, mis angustias, mi estrés “fus fus no lo quiero” por eso aquellos apretones en el examen de matemáticas o el nerviosismo de aquella entrevista, o, voy a ponerme seria, la muerte de una familiar.
Con lo cual que si cuido mi mente, cuido mi colon. Pero también funciona del revés, cuando mi colon está mal, mi mente también… Y no hay nada más duro para un paciente que verse postrado en el lavabo cuando en realidad quiere ver mundo y comer fibra sin preocuparse.
No me malinterpretéis, no quiero hacer una burla ni un drama, quiero exponer a nuevos y antiguos conocidos del colon, mi agridulce paso por esta enfermedad. Agridulce es que tiene un puntito bueno y por qué? Resulta que las personas que sufrimos SII tipo 2 (las que no somos estreñidas) tenemos menos toxicidad en el cuerpo. Esto se debe a que todo lo que nuestro aparato digestivo no puede enfrentarse es eliminado del mismo cuerpo. En cambio las personas que son estreñidas o de movimiento lento, almacenan esa toxicidad durante más tiempo. Algo bueno tenía que tener esto. Si mi cuerpo (como el de todos los humanos) no tolera la lactosa, el mío lo eliminará del organismo, el tuyo lo almacenará hasta que una fuerza mayor se lo lleve por delante. Cabe mencionar que no se ha demostrado ninguna relación directa entre cáncer de colon y SII tipo dos, es más, evacuar de más es siempre más sano, por muy increíble que nos parezca.
Así que aquí nos encontramos, en una lucha eterna entre querer y no poder. Porque esta, como todas las enfermedades es una lucha solitaria, que algunos comprenden y otros no. Yo he encontrado de todo, gente que tiene su derecho de aburrirse con mis visitas al baño, o de quedarse atónito por decir que no puedo comer lechuga, a gente que te facilita tu enfermedad y te hace espaguetis a la carbonara con leche de soja ( apunte, siempre es mejor la leche derivadas de vegetales que las leches des-lactocitadas) Gente que te prepara una manzanilla o gente que se mosquea si no te tomas otra cerveza y no entienden que literalmente “no puedes”, que esto no es ponerse a dieta para bajar peso , que esto es apostar por tu calidad de vida, y en la vida siempre habrá gente que te ayude a a mejorarla o que te ponga impedimentos, ya sabes a quien elegir.
Y hablando de alimentos que elegir o que no elegir, voy, como no podía ser de otra manera, a enumeraros MIS PRODUCTOS Y CONSEJOS “YES/ NOT”
*NOT. Vegetales crudos como zanahorias, espinacas, acelgas y todo lo que creas que puede pegarse a tu intestino, una vez un médico me dijo que la lechuga tarda 3 días en digerirse, uff.
*YES. Queso sin lactosa, yogures sin lactosa porque tampoco es cuestión de privarse de todo. Sojasán tiene una marca muy buena y variada.
*NOT. El abuso de carnes, y proteínas. Está demostrado que sufre una descomposición más lenta y son malas para el colon. Amigos de las dietas proteicas vais a tener el colon como puré.
*YES. Fibra moderada, yo pensaba que no, pero un poquito de fibra ayuda a mantener entretenido el aparato y además tiene nutrientes.
*YES. Pastillitas de herbolario con anís para después de las comidas, ayudan a hacer mejor la digestión.
*NOT. Fumar, que hace daño a los pulmones lo sabíamos todos pero alomejor no sabías que también necrotiza el colon.
*YES. Comer poco en cinco comidas y comer siempre a la misma hora. Es un reto pero es muy beneficioso, tú no decides cuando ir al baño pero sí cuando empieza el proceso.
*NOT. Comer deprisa y sin masticar, la digestión empieza en la boca.
YES. Toallitas húmedas en l bolso. Si no hay papel higiénico me da igual, limpito como el de un bebé
NOT. Excusas y mentiras. Si tienes ganas de ir al baño es algo natural o acaso no dices en alto que tienes hambre? Los dos son manifestaciones fisiológicas que no puedes controlar.
Qué más puedo contaros, a los que sufrís SII no voy a mentiros, tendréis episodios, y tripita hinchada por mucho abdominal que hagáis, pero esto es como la migraña, va y viene, es molesta, te tendrá en casa algunos días pero se irá porque “ Nihil est pertettum” o nada es para siempre amigos, y después de baño aunque haya dolor, vendrá un día nuevo, no lo desaproveches.
A todos los que de oídas conocías esta enfermedad, o es la primera vez que sabeis de ella, os pido desde el corazón que la respetéis. Sé que el tema de “hacer del cuerpo” puede resultar hasta chistoso, pero en nuestro caso la mayor parte del tiempo no lo es.
He querido enfocar esta entrada desde un punto esperanzador, optimista, no sé qué pastillas nos curará, si existirá y las farmacéuticas no quieren soltar prenda, no sé si mañana tendré que abandonar mi puesto de trabajo para visitar a mi amigo el wc, sólo sé que hoy, me encontraba mal, me sentía abrumada por esta enfermedad y no quiero que nadie se sienta así, no permitáis que la gente cercana a vosotros se sienta un bicho raro nunca más porque son más valientes de lo que creéis.
Hoy quería compartir mi enfermedad, y como se vive visitando el baño dos veces al día y sintiendo dolor, hoy me he atrevido a dejar constancia de mis vergüenzas, temores, luchas y victorias en mi blog, compartiendo mi experiencia y esperando que a alguien le haga bien. Sea como sea, dicha queda.