No hay justicia para un muerto

En esta habitación
Con la única compañía de una luz de techo
esperando que el destino ejerza en mí
el verdadero final que merezco
Cómo de escasos me parecen nuestros besos,
qué pocos de ellos recuerdo.

Yo, aferrado a un dios en el que no creo
preguntándome si de este desenlace hay remedio,
cuánto odio almaceno,
cuánto dolor padezco,
porque ya ni a solas soy dueño de lo que siento
porque ni tan siquiera ahora a mi vida pertenezco.

En esta habitación
con la única compañía de esa luz y mi consuelo
cómo de intensos son tus abrazos
y qué pocos de ellos me llevo.

Es ahora cuando comprendo
todos los sueños que he abandonado,
todos los problemas que no he resuelto.
Ya no queda en mí aliento,
porque ya no hay nadie que justifique este infierno
porque ya no hay nada que pueda contenerlo.

En esta habitación
con la única compañía de esa luz que va creciendo
ya sólo me queda el tiempo,
el que he gastado, el que he esperado
el que he estado en esta habitación latiendo,
el que nunca viviré y el que estaré en tu recuerdo.

Cómo de inútiles son mis esfuerzos
y qué poco derecho tengo
porque ahora ya no decido si en esta habitación me quedo,
porque esta luz me ha dejado ciego,
porque ahora ya sólo en este poema me conservo.

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¿Soy de marte?

soydemarte

Si me dicen rara hay algo de mí que se molesta pero hay otra parte de mí que tiene que reconocer “normal, normal no eres”. Y es que a medida que pasa el tiempo (aunque confiaba fuese al contrario) voy definiendo más mi complejidad y voy siendo una persona más madura, todo sea dicho, pero todavía más peculiar.

No tuve una infancia común, y cualquiera que conozca mi familia puede imaginarse un poco por qué, pero me crié con gente normal de costumbres normales y me cuesta averiguar el momento en que se decidió que iba a ser “el bicho” de clase.

Desde pequeña andando siempre con gustos difíciles, empapelando las carpetas de tipos famosos dos décadas atrás, de modelos en bikini, de vampiresas de cómic, vistiendo con ropa hortera, maquillándome de forma incorrecta, y eso sólo era el reflejo de una mentalidad fuera de lo común y de unos gustos un tanto extraños. Pero todo eso se justificaba a la rebeldía propia de la adolescencia, es decir, a ese momento donde uno se va encontrando y tiene pulsos con sus padres, en cambio yo… de forma prematura, ya me había definido para siempre mucho antes que los demás, y para mi desgracia de una forma muy única.

Y ahora a mi edad, echando la vista atrás, cómo me hubiera gustado ser “normal y corriente como toda la gente” con aspiraciones y preguntas normales, con deseos y sueños reales, gente que le gustan las aceitunas, que les divierte el fútbol o se saben las canciones de la discoteca.

No puedo decir tampoco que sea antisocial, se me da bien la gente, pero es verdad que mi juego tiene unas normas muy determinadas y hacen difícil que haya socios en el grupo. ¿Por qué ni siquiera me gustan las series de ahora? Todos descargando como locos series de moda y yo si veo alguna es “Sensación de vivir” y eso que tendría siete años en su máximo apogeo. Por qué todas están enamoradas de tipos fuertes y guapos y a mí me resultan asquerosos? Por qué todas tienen la grasa en el culo y yo en el abdomen? Por qué todas sueñan con casarse y yo con que inventen la máquina del tiempo? Qué agotador es sentirte de otro planeta en todo momento.

Qué desesperante es desear ser rubia platino en una sociedad que se da mechas y aunque lo he intentado nunca acabo de contagiarme de las indicaciones sociales e ir a contracorriente es como poco complicado.

Lo peor de todo es que la rareza de mi ADN no se contempla sólo desde las aficiones, las películas, la música o la ropa, mi “extraordinaria” manera de ver la vida deja ojiplático a más de uno, mi mascada y meditada ideología feminista e incluso la manera en la que me expreso no es bien vista por la mayoría y tengo que hacer verdaderos esfuerzos para que la gente no abandone la sala y me deje terminar de exponer mis argumentos.

Tengo pasiones fáciles como muchos otros y no estoy totalmente abandonada en el planeta tierra, pero hay veces que va en mí inscrito una conducta y un deseo de que los demás se comporten igual que no para de ser abofeteada. No entiendo mucho a los habitantes con los que convivo, a su enrevesada forma de esconderse y postrarse a sus juegos de sombras chinescas sus máscaras y a la vez su odiosa simplicidad que me irrita y me entristece.

No conozco a nadie como yo, no he encontrado a un alma gemela, a nadie de mi tribu ni de mi etnia, a nadie con mi estilo a nadie con mi magia (buena o mala) y aunque sea un fabuloso método de filtrar gente mundana, no puedo negar que a veces observo y deseo ser un más, con un pasado corto, con una historia amable, alguien que trabaja se emborracha y duerme y no alguien que va en el metro luchando por convencerse de que no le va a faltar el oxígeno y planteándose lo efímera que es la vida cuando ve una paloma.

Me gustaría plantearme cosas menos ambiciosas o quizás ambicionar lo de todos, para poder mirar a los demás y verme entre mis iguales. Pero no, no lo consigo, unos me tildan de borde, otros de altiva o creída, otros seguro sin decirlo de idiota y habrá uno o dos que crea que soy genial, pero nadie, nadie puede decir que soy normal y aunque el 80 por ciento de las veces me lo tome como un piropo…ese 20 restante me hace llorar demasiado a menudo.

Mi exagerada lealtad, mi amor incondicional, mi dramática sensibilidad hasta mis problemas intestinales me hacen diferente. Hace poco me volvieron a decir “tienes una belleza muy exótica” y seguí sin saber cómo tomármelo. Ni los piropos son sencillos para mí!

¿Habrá alguien en su casa con un poster de The Breakfast Club, un grandes éxitos de Raphael, una colcha de horóscopo y un ejemplar de playboy del 94 en la pared que le encante ir al mercado y ver telenovelas colombianas, preguntándose si su vida por increíble que parezca acabará siendo una mediocridad?

¿Habrá alguien que se enamore de esta extraterrestre?
¿Podrá esta extraterrestre enamorarse de alguien?

Ay la felicidad del tonto, quién pudiese tenerla… con tu pueblo, tu nómina, tus ex, tu peña y tu tacón del Maripaz para el fin de semana, cómo me gustaría ser de esa gente que le gustan los remakes y que lo primerísimo que hizo a los 18 fue sacarse el carnet de conducir. Pero tengo que vivir conmigo misma y empezar a darme cuenta de que algo debí de comer o ver que me hizo desigual a todos y que eso (díganme por qué) es algo positivo.

Espero que todos mis ejercicios de comprensión, mi desmedida vergüenza ajena, mi hipocondría, mi ramalazo infantil, mi enfermiza adoración por los carbohidratos, mi desconocida lástima por todos los seres vivos… puedan un día servir para algo.

Alomejor me equivoco deseando ser de manera diferente, quizás ser como todo es una ardua tarea, además he emprendido un viaje muy largo desde Marte hasta aquí y viendo que no me he dejado conquistar… supongo que tendré que conquistar a alguien.

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The Hater

hater

Parece que es algo nuevo, que es un concepto 2.0 pero “El hater” ha existido siempre. Es verdad que está de máxima tendencia y en pleno apogeo, vivir 12 horas al día detrás de una pantalla bien sea del móvil o del ordenador y teniendo una ventana indiscreta de la vida de absolutamente todo el mundo, favorece mucho el marejueo, la maldad, el chisme y la valentía mal educada del personal.
Pero como decía hace un momento, “El odiador” por excelencia es alguien que ha existido desde que el mundo es mundo pero que sigue sorprendiéndonos y disgustándonos en pleno 2014.

Casi siempre enmascarado de hipócrita simpatía, el hater es alguien que basa su vida en odiar(como su propio nombre indica) y este odio nace desde su propia entraña expandiéndose a todo lo que le rodea, como un manto tóxico que cubre y marchita todo lo bueno que hay al rededor.

El primer hater como tal que conocí fue una compañera de clase cuando iba al colegio, esta chica, que en un principio era amiga mía, llevaba a cabo una actividad de odio que la desgastaba y que la impedía ser feliz; por supuesto a la primera que odiaba era a ella misma, y se esforzaba en expresar su odio a los demás para que nadie lo notase. Reconozco que me contagio su disgusto y acabé poniendo a caldo a un montón de gente simplemente por inercia, porque el hater odia así, por costumbre, por hábito. Hasta que un día como ya no quedaba nadie en la clase para sacarle el alma por los ojos, la elegida fui yo y pasó años haciéndome la vida imposible, nunca respondí a sus ataques, porque aunque me dolía, los interpreté siempre como un gran y frustrado dolor , simplemente reflejado en mí, aunque porsupuesto eso no lo justificase. El hater quiere instaurar una herida tan incurable y profunda como la que él mismo alberga, así que usará todas las herramientas posibles para lograr su objetivo.

Pero a veces no todo es tan simple, no todo es “ te llama gordo porque se ve gordo” a veces el hater toma facetas muy diferentes, más peligrosas y díficiles de detectar.
Existe un montón de personas que no sólo producen odio, como si de una fábrica se tratase, si no que contaminan con su odio. También por experiencia conocí a alguien, de fachada amable y cálida que poco a poco reveló una personalidad putrefacta y que intentó sin resultado hacerme cómplice de su punto negativo y rencoroso de la vida, “nadie era suficientemente bueno” si alguien no me saluda con dos besos (vaya tontería pensareis) esta chica daba un toquecito de atención “ oye te has fijado que no te ha saludado con dos besos?…qué raro por qué será” y como si de una semilla del mal se tratase, instauraba en mí el odio al abandono, el rechazo al rechazo, el mal del corazón. Menos mal que pude pillarle el truco, nadie diría a simplevista que iba tejiendo un manto de negatividad por donde quiera que pasara y menos con esa sonrisa de “todo amor”.

Con estos dos antecedentes y ejemplos tan comunes, era de esperar que cientos de personas reciban cientos de mensajes insolentemente críticos en sus timelines de facebook o instragram, y como las redes son solo el trocito de espejo de un mundo real muy complejo, éstos haters, como en los casos anteriores son “ insultantes e hirientes” o “agresivos pasivos”.
Pueden escribir en el intagram de la chica de moda “ buah menuda puta estás hecha” o “qué estupidez de video” en el portal de Youtube. A estos primeros me gustaría verles en persona, donde no serían capaces de expresar su opinión ni sobre una película, y que se despachan vitoreando adejtivos malsonantes a personas que ni siquiera conocen ¿Por qué hacen esto?

Creo que es básicamente por su cobardía, y no me refiero a escudriñarse tras un anónimo, si no su cobardía de vivir su vida, de criticar y mejorar su propia vida, lo que le llevan a examinar y cuestionar la vida de los demás.

Todos absolutamente todos tenemos nuestro punto de vista y éste (faltaría más) no tiene por qué se diplomático ni justo, pero sí debemos serlo nosotros al expresarlo, más que nada porque si no hay confianza y si ni siquiera hay la invitación a opinar, más que dejar constancia de nuestro pensamiento, estamos ensuciando el pensamiento de los demás y eso siempre nos resta valor. Leo, veo y escucho y millón de tonterías, sandeces, estupideces, moderneos, catetadas varias día tras día, pero puedo enumerar las veces que ésta, tan descaradas y ridículas, me han llevado forzosamente a escribir un comentario negativo porque al fin y al cabo ¿Alguien te obliga a estar ahí? ¿Alguien te ha presionado para ver ese video o hacer follow a esa persona? Y aquí pasamos al otro grupo, al “amable pero injurioso” amigo de facebook que siempre critica de forma subliminal tus estados, o que a fin de cuentas nunca interacciona positivamente contigo, y otra vez me pregunto otra vez ¿Por qué? Por qué nadie va a seguir tus pasos y va a tomarse todo ese tiempo para comentar con rintintín tu vida si es que ésta le da igual, pues porque no le da igual.

En este caso a cobardía pasa a ser envidia, envidia de tu naturalidad, de tus personalidad, todo mágicamente orquestado para que parezca que te está dando un consejo o una palmadita en el hombro aunque lo que de verdad está haciendo es llevarte al pozo con él. Y el único motivo para esto es porque es un hater y odia tu felicidad y no sólo eso que en vez de focalizar en conseguir sus sueños prefiere criticar la validez de los tuyos “ Sólo has perdido tres kilos? Pues yo no te lo noto”… frases a medias que duelen como el más rotundo de los insultos o agravios.
Y al final van logrando minarte, desacreditarte, bajarte la autoestima, y es todo eso es odio, odio que, este es el siguiente punto, no tienes obligación de comprender si no obligación de alejarte de él. No tienes motivo, ni es justo que psicoanalices a tus enemigos, no voy a entrar en si se lo merecen o no, simplemente no tienes el deber de comprender y justificar sus acciones al igual que ellos no piensan y recaen en tus circunstancias, mi consejo es alejarse y evitar cualquier contacto con un hater. Por qué perder tu tiempo, por qué perder tu paciencia, incluso tu felicidad por “el punto de vista” de un tal o de un cual? No estás obligado, no tienes porque aceptar ninguna crítica y menos si está dicho a mala saña o para hacer sufrir.
Pero, en estos días de anonimato, de personalidades psicópatas disfrazadas de amigos inseparables, ¿Cómo detectar a un hater? Porque hay sutilizas que te apuñalan un lunes y te agonizan la semana… te doy algunos truquitos para verlos venir y actuar con rapidez:

Si te hace sentir mal. Sé subjetivo e indentifica a todo aquel que te haga sentir 10 centímetros más pequeño. No caigas en el error de justificarle o creer su alegato de “es por tu bien” todo el que te quiera te hará sentir más grande no más pequeño.

Si su presencia te irrita. Estás en tu derecho de negarle el sitio a alguien que te saca de sus casillas. Tu vida es tuya, toma cartas en el asunto y dale lugar sólo a gente que te haga la vida más fácil.

Si contagia tu entorno. Muchas veces estos “seres” se cuelan discretamente y hacen un agujero negro en tu grupo social. No puedes cambiarles, pero si puedes esquivarles, no te juntes con nadie que no va a aportarte nada.

Porque amigo lector ¿Qué más puedes hacer? No está en tu mano, ni debería estarlo, cambiar o ser el justiciero de todo el que impone su odio y lo acumula, lo único que puedes hacer es NEGARLO en tu vida.
Y si por el contrario, eres un hater, si después de esta entrada te has dado cuenta de que pasas más tiempo amargado, más tiempo quejándote, que disfrutando y albando la vida, recapacita, escúchame; la vida no es el karma, la vida no es el cielo y el infierno, la vida es simplemente una pequeña oportunidad para encontrar algo bello, acercarte a él y reproducirlo.

Empéñate en recolecatar belleza, ofúscate en ver algo bello a un ruido estridente, a reírte de la fealdad, a disculpar el dolor que los demás te causan y te han causado y haz punto y aparte.

Tú tampoco estás obligado a sufrir, no estás en deuda con la ira, no tienes por qué ser discípulo del odio, porque al final sabes que es duro y agotador y que es más la costumbre que un nacimiento puro y diario, es sólo “la falta de hábito” a sonreír a querer, a ser querido.
Te propongo un ejercicio, dí al menos algo bueno a alguien todo los días, al principio y como es lógico, tus comentarios estarán forzados pero al final iniciarán una maquinaria de “positividad” harán músculo y saldrá solo. No naciste hater, naciste LOVER, defiende tu naturaleza, respétate y respeta a los demás y de pronto una mañana verás un comentario malicioso y dirás, este ya no soy yo.
Y recuerda “hater gonna hate” pero esta es sólo mi opinión y dicha queda.

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8 de Marzo el día de la Mujer

Ayer 8 de Marzo fue el día internacional de la MUJER. Hoy quiero hacer una perspectiva y un enfoque a tan emblemático día.

Para empezar por qué existe o debe existir el día de la mujer, quiero decir, existe el día del hombre? No es el mero hecho de necesitar un día al año para festejar nuestra naturaleza una clara evidencia de que sigue habiendo una desigualdad ante el género femenino? Espero que llegue un día en que no haya orgullo de mujer, ni orgullo gay porque sea tan ridículo y aceptado como decir orgullo de ser humano.

Desde cuando existe este desmerecer a la mujer, y como sigue latente es algo que siempre me he preguntado los 8 de Marzo de cada año. Quién fue el “culpable” de que la mujer se viese en un segundo plano o renegada a tareas menores. Podría pensar que el culpable es el hombre, pero no, esta entrada de hoy no va enfocada al odio a lo masculino, es más, siempre he pensado que el cincuenta por ciento del machismo es engendrado por otras mujeres.

Si bien he de reconocer que el hombre ha tenido un papel inequívoco a lo largo de la historia, es quizás la errónea interpretación de otras mujeres sobre el concepto de cómo debe ser una mujer lo que no has llevado a tener que comportarnos como hombres para poder ser válidas en algunas escalas de esta sociedad. Si vas a una entrevista de trabajo con un escote, simplemente porque este te favorezca, te guste, te de seguridad o porque no había otra cosa que ponerse, las otras chicas que esperan contigo a entrar en el despacho pensarán automáticamente que “eres una golfa”, entonces es así cuando tenemos que ponernos pantalón para que nadie cuchichee y para dirigir la atención a otra cosa, es decir, esconder nuestra feminidad para que atiendan a nuestro intelecto.

No podemos olvidarnos de la sexualidad, y la represión enmascarada que sigue habiendo en pleno siglo 21. Madres solteras, o mujeres a las que no les interesa la maternidad son vistas por otras mujeres como bichos raros. Estoy harta de oír a famosas embarazadas “Tener un hijo es la máxima aspiración de una mujer” no bonita no, a lo mejor mi máxima aspiración es curar el cáncer y salvar a tu hijo en un futuro. Los ojos se me salen de las órbitas cuando veo a mujeres insistir en “Casarse es el sueño de toda mujer”… te han enseñado a decir eso? No puedes tener otras aspiraciones o metas mayores? Estos son dos ejemplos más a mano para mostraros que somos las mujeres las instigadoras de nuestra propia exclusión social.

Pero ¿Por qué sigue esto sucediendo? Por qué las abanderadas que defienden a las mujeres tienen siempre un aspecto tan poco femenino, por qué tenemos que abandonar nuestra forma para que nos tomen enserio? Aquellas sufragistas de traje gris ya no nos representan, tengo que dejar de depilarme las axilas para poder hablar de derechos? El respeto a la mujer nace de RESPETAR su esencia, no de modificarla.

Basta ya de juzgar faldas cortas y romances, basta ya de comportarnos como hombres. Somos hermanas, somos la vida de este planeta. Basta de no poder decir tengo la regla, me duelen los ovarios, de hablar de vaginas o de mamas, de tener que ir sin maquillar o de tener que ir siempre arreglada, basta ya de imposiciones y de roles femeninos! MUJERES, no habéis cambiado! No dejáis de ser esclavas de vuestro hogar y demostrar vuestra valía en la oficina. Abandonad la carga! SIMPATIZAOS CON LAS VUESTRAS!

Pero sé que es difícil, es difícil ser mujer. Vives en una entera contradicción social, bombardeadas para ser perfectas pero sin derecho a poder sentirnos así. Sé buena madre, sé buena esposa, sé buena hija y buen amiga, es lo que se espera de ti, mientras dure tu andadura muéstrate perfecta, sin que se note porque sigues sin poder hablar en público porque sigues sin poder decir ESTO ES LO QUE QUIERO Y NO TENGO QUE DAR EXPLIACIONES.

Mientras haya otras que te desacrediten…no habrá hombre que cambie su parecer. No le des la razón a ningún machista y sé la protagonista todos los días del año.

Atrévete, libérate, engrandécete, fuera moldes y patrones, sé tú misma y da rienda suelta a tu naturaleza, no reprimas tus hormonas, no te “reestructures”

MUJER, SÉ MUJER y verás cómo no habrá nadie que pueda echarte abajo.

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Se busca amor

Ya lo dice el dicho… “La suerte de la fea la guapa la desea” porque si no, no encuentro motivo a mi anodina soltería, qué digo anodina ¡Inexplicable! no me considero un belleza de revista ni mucho menos, pero fea tampoco, y sí conozco gente objetivamente fea ennoviada que luce del brazo de un tipo así de entrada muy deseable y yo más sola que la una ¿Por qué? Por qué no consigo ser una de esas chicas que se llevan todas las miradas en la discoteca? Y lo que es aún peor por qué no me entra nadie nunca? Y no será porque no voy arreglada, porque no me visto o me enseño…o es por eso? Alomejor es mi aspecto demasiado pulido lo que me hace ser un tanto infranqueable. Es verdad que soy difícil porque soy muy exigente…pero eso se nota a simple vista? Tiene que haber por ahí algún barón soltero que busque una mujer de perfecto eyeliner y conversación ingeniosa aparte de lucir buen muslo…tiene que haberlo porque si no..y como me temo me voy a quedar desierta o mal acompañada (por eso de no resignarme a la completa soledad)

Y es que amigos todo este rollo es para plantearos una pregunta ¿Dónde está el amor? ¿Dónde se encuentra? En los bares, en los pub, el club del ajedrez…en internet? Porque sólo me falta ponerme un cartelito de “Mujer blanca soltera busca caballero” y en letra pequeña “Háganme el favor” e ir recorriendo Madrid en busca de suerte. Y caballero porque una siempre que va a comer pide el plato que más le gusta esté la cocina abierta o no. Pero esta clienta que os habla está un poco desilusionada con el servicio, no encuentro a nadie que hable mi idioma, que me haga tilín…y es tan aburrido. Un día le dije a mi ex la suerte que tenía de quererle tanto…y es verdad es casi igual de importante amar que te amen, y yo necesito amar… pero ¿Cómo amar si casi no crees en el amor?

Los lunes y miércoles quiero vivir una aventura de besos en esquinas, de miradas cómplices y de chistes a oscuras…pero lo jueves y los domingos me sobreviene la soledad, la maravillosa, sencilla y bien avenida soledad… sin acabar de entender si es que quiero compartir la semana con alguien o sólo quiero compartir la cama el fin de semana.

Supongo que como todo será de según quien…y es que una mujer de tanto carácter y de tan buen vestir (me vendo lo mejor que puedo) merece alguien que le llegue a la altura ¿Será que no hay hombres de mi altura? A mí me han dicho que sí… Hollywood y mi imaginación compinches de una imagen imposible sobre los hombres? No quiero desprestigiarlos, no me mal entiendan, el helado de limón está genial pero a mí me va más el de pistacho ¡Diganme en qué heladería los venden!

Donde venden a Clarence, que se meta a tiros con el primero que incordie y que me agarre así en una cabina de teléfonos, yo pago la llamada!

clarence

Y qué me dicen de Daniel Day – Lewis, de defensor del pueblo nativo americano, eh? Me voy al bosque sin móvil si es necesario todo por verle ondear el pelo.

elultimomohicano

Arrogante, canalla, viejales, ojalá que hubiera un Rhett Butler y cambiar su famosa frase por un “Francamente querida hoy va a ser el mejor día de tu vida” y a Dios pongo por testigo que yo me desmayo en el momento.

rhettt

Por su mágico paquete y sus cejas perfectamente maquilladas entra en esta lista de “Si te pareces llámame” David Bowie interpretando a Jareth, un hombre que posee un castillo, que es más fashion que tú y que encima hace ese juego de cristales con los dedos…doy mi hermano a cambio como mínimo.

jareth

Bailarín atlético y “honrrao”, aparte de llevar como nadie la camiseta de tirantes, oh Patrick Swayze cuanto hubiera deseado perder la virginidad contigo en unas vacaciones de verano.

PATRICK

Hombres maduros que te besan el cuello en vez de sobarte la mama derecha, Gabriel Byrne en cualquiera de sus películas (porque siempre hace de él mismo) yo me derrito en «El hombre de la máscara de hierro», la madre del cielo, cómo digo esto en público.

gabriel

Aidan Quinn en “Buscando a Susan desesperadamente” te prepara espaguetis a las 4 de la mañana cuando volvéis de ir a fanfarronear por New York City, es un tipo normal, divertido, que se pasea en pelotas por casa y se enamora de lo guapa que estás sin maquillar.

aidian

Y esto son sólo unos pequeños nombres de película para poder explicaros mejor qué es lo que quiero y para que de una vez por todas (sólo si es estrictamente necesario) me soltéis una bofetada y me digas ¡Espabila! Qué sí, sé que estamos en el 2014 y que pocos hombres te abren la puerta del taxi o se deleitan escuchando tus tonterías o simplemente te inviten a cenar, pero el otro día dos muchachos nos invitaron al futbolín, sin ninguna pretensión obvia y dije “la humanidad no está perdida”.

Puede que sea antigua, puede que pida imposibles, puede que incluso sea ingenua, pero no hay romance para mí? Quiero enamorarme y que se enamoren de mí…quiero enfadarme porque no me llamen y hacerme la dura cuando nos veamos, ya sabéis estar entretenida en algo! Que es básicamente para lo que sirve el amor, para que hasta la ropa sucia te parezca interesante.

No sé por qué no ligo, no sé qué hay que hacer para ligar; me ha recomendado de todo, menos accesorios, meno maquillaje “a los hombres no les gustan las mujeres con el pelo corto” Incluso asumiendo que iba a ser un disfraz, he salido por ahí y 0 patatero…será el diámetro de mi cintura? Será la turgencia de mis glúteos? Será que se me ve poco bebida? Será…seré yo?

Pero si dejo de vestirme como me gusta, de arreglarme, de perfumarme, de reírme de lo que me apetezca, va a llegar un Johnny Depp en Cry Baby y voy a pasar desapercibida. Sobre este tema una amiga me dijo “Te ligarías a ti misma en una discoteca?”…y sigo pensando en qué responder, supongo que no, que es más fácil esperarse a las 5 que te vas a llevar a alguien al huerto a pensar ¿ Y qué le digo yo a esta? Hombres! Os voy a echar la culpa y punto.

Por las calles de la capital, con buen aliento y de buena familia pasea una mujer que necesita ser amada, ser un poquito cortejada, a cambio, se luce como trofeo y se bendice como a la lotería. Siempre que tengan el calzado adecuado y las manos bonitas les daré una oportunidad ¿Me las darán ellos a mí?

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Mi enfermdad. El SII tipo 2

El SII, no es una enfermedad contagiosa,no,no es peligrosa, no atenta  contra tu vida, ni puede ser llegar a causar la muerte. No, no es cáncer, no es diabetes, ni tampoco es nada raro. Pero los que la sufrimos esta enfermedad (no puede haber mejor verbo para definirlo) daríamos todo por ser como tú, por andar libremente por la vida, preocupándote de cosas banales, comiendo lo que quieras, sin preguntarte si habrá baño, si estará lejos, si esta vez te dará tiempo o si hoy te dolerá igual que ayer.

Hola, sufro SII (Síndrome de Intestino Irritable) y me conozco todos los baños de Madrid.
Hoy voy a hacer un alto a mi coquetería, a fingir que soy inmortal y etérea y voy a hablaros de mi enfermedad, la única, dolorosa, desesperante, frustrante y a veces hasta cómica enfermedad que padezco. Y tal vez con ello, alguien se sienta un poco más arropado, conozca un poco más de su colon o sean más comprensibles ante esta patología.

Hace mucho tiempo que quiero hablar sobre este tema, pero supongo que la vergüenza y el enfrentarlo tan honestamente me han echado siempre atrás.

 Siempre viví con el colon mal, aunque no era consciente de ello. Desde pequeña todos mis malestares eran digestivos, nunca me puse mala de gripe, ni cogí la varicela, en cambio sí sufría gastroenteritis, colitis y hasta tuve salmonella. Mi vida en la adolescencia no fue mejor, con todo el tema de exámenes, entregas y las primeras muestras de responsabilidad, vinieron  un sinfín de malestares y bajones emocionales por vivir siempre encadenada al baño. Porque tener  Síndrome de Intestino Irritable Tipo 2, es ser el James Bond del aseo público, es salir escopetado del autobús, ingeniárselas para no llegar tarde a un compromiso y fingir que uno se encuentra de las mil maravillas cuando en realidad sólo quiere recostarse, taparse con una mantita y olvidarse del mundo.

Aún así y todo, nunca visité el médico. Entendía ingenuamente que cada vez que enfermaba era una mera casualidad…pero tanta casualidad empezó a despertar mi intriga.
Fue en la larga enfermedad que sufrió mi madre antes de fallecer, cuando mi “colon irritable” se manifestó con más fuerza. Me imposibilitaba realizar cualquier actividad, como si mi colon fuese mi corazón y los dos estuvieran en mal estado. Aunque pasaba largas temporadas en el hospital (cuidando y acompañando a mi madre) era salir del mismo y encontrarme mal. Tanto fue así que el miedo de un apretón inesperado y el deseo de permanecer todo el tiempo posible con mi madre, cortaron mi vida por completo.
Cuando mi madre falleció, no sólo tuve que enfrentarme a el dolor, la pérdida, el desconsuelo, si no a la terrible realidad de estar enferma. Por aquel entonces (hace ya cinco años) emprendí la larga peregrinación a médicos y especialistas (tuve que hacerme un seguro privado) para conocer más la enfermad crónica que padece el 45% de la población, el SII.

Cuando un médico te diagnostica de SII está abandonándote a un pozo sin fondo, porque ese es el diagnostico. El síndrome de colon irritable, a pesar de ser manifestado en 4 de cada 10 personas es una enfermedad desconocida. Es el cajón donde el médico digestivo coloca todas las patologías de clara sintomatología pero de dudosa causa. Se somete al paciente a un autoexamen (un experimento alimenticio) donde se le invita a averiguar qué alimentos no tolera su colon, y ahí te encuentras, comiendo y anotando (como hacía yo) todas las comidas que me sentaban mal en 3 niveles de gravedad. Descubrí que la lactosa era repudiada por mi organismo, y a la lista se añadió la cebolla, el pimiento, el ajo y los archiconocidos picantes, especies, cafeínas y alcoholes. Y para todo esto ningún test, ningún análisis, porque esto no es como los celíacos, no es una alergia, es una intolerancia, y están personal como la diferencia ente Paco y Antonia, yo puedo sufrirla y otro paciente no.
Y como no estaba satisfecha me realicé una colonoscopia y todo relativamente ok, todo lo ok que puede estar una persona que sufre cólicos cada semana. Así que si no tienes sindrome de Crohn o colítis ulcerosa pero te mueres de dolor al ir al baño y vas con demasiada frecuencia, tienes SII.

Durante esa época, de visitas a médicos, de urgencias, de dolor, de, por qué no decirlo, depresión intestinal, un médico me dijo  “Tú colon sufre tu pisco” y descubrí el término psicosomático (del que algún día me gustaría hablaros con más profundidad). Psicosomático es una palabra que me cabrea, definiéndose así como la manifestación física del ámbito psicológico. Imaginaos que estáis enfermos y alguien os sugiere que es todo producto de vuestra imaginación, Válgame dios! Como si yo quisiera estar así, dirías.
Con el paso del tiempo y de muy recomendada visita al psicólogo, entendí que la mente y el cuerpo no son dos cosas separadas, si no que forman una entera y compacta. Un circutiro que comienza en tu mente y finaliza en (ups, ups, palabra fea) tu recto. Mi mente desecha mis miedos, mis angustias, mi estrés “fus fus no lo quiero” por eso aquellos apretones en el examen de matemáticas o el nerviosismo de aquella entrevista, o, voy a ponerme seria, la muerte de una familiar.
Con lo cual que si cuido mi mente, cuido mi colon. Pero también funciona del revés, cuando mi colon está mal, mi mente también… Y no hay nada más duro para un paciente que verse postrado en el lavabo cuando en realidad quiere ver mundo y comer fibra sin preocuparse.

No me malinterpretéis, no quiero hacer una burla ni un drama, quiero exponer a nuevos y antiguos conocidos del colon, mi agridulce paso por esta enfermedad. Agridulce es que tiene un puntito bueno y por qué? Resulta que las personas que sufrimos SII tipo 2 (las que no somos estreñidas) tenemos menos toxicidad en el cuerpo. Esto se debe a que todo lo que nuestro aparato digestivo no puede enfrentarse es eliminado del mismo cuerpo. En cambio las personas que son estreñidas o de movimiento lento, almacenan esa toxicidad durante más tiempo. Algo bueno tenía que tener esto. Si mi cuerpo (como el de todos los humanos) no tolera la lactosa, el mío lo eliminará del organismo, el tuyo lo almacenará hasta que una fuerza mayor se lo lleve por delante. Cabe mencionar que no se ha demostrado ninguna relación directa entre cáncer de colon y SII tipo dos, es más, evacuar de más es siempre más sano, por muy increíble que nos parezca.

Así que aquí nos encontramos, en una lucha eterna entre querer y no poder. Porque esta, como todas las enfermedades es una lucha solitaria, que algunos comprenden y otros no. Yo he encontrado de todo, gente que tiene su derecho de aburrirse con mis visitas al baño, o de quedarse atónito por decir que no puedo comer lechuga, a gente que te facilita tu enfermedad y te hace espaguetis a la carbonara con leche de soja ( apunte, siempre es mejor la leche derivadas de vegetales que las leches des-lactocitadas) Gente que te prepara una manzanilla o gente que se mosquea si no te tomas otra cerveza y no entienden que literalmente “no puedes”, que esto no es ponerse a dieta para bajar peso , que esto es apostar por tu calidad de vida, y en la vida siempre habrá gente que te ayude a a mejorarla o que te ponga impedimentos, ya sabes a quien elegir.

Y hablando de alimentos que elegir o que no elegir, voy, como no podía ser de otra manera, a enumeraros  MIS PRODUCTOS Y CONSEJOS  “YES/ NOT”

*NOT. Vegetales crudos como zanahorias, espinacas, acelgas y todo lo que creas que puede pegarse a tu intestino, una vez un médico me dijo que la lechuga tarda 3 días en digerirse, uff.

*YES. Queso sin lactosa, yogures sin lactosa porque tampoco es cuestión de privarse de todo. Sojasán tiene una marca muy buena y variada.

*NOT. El abuso de carnes, y proteínas. Está demostrado que sufre una descomposición más lenta y son malas para el colon. Amigos de las dietas proteicas vais a tener el colon como puré.

*YES. Fibra moderada, yo pensaba que no, pero un poquito de fibra ayuda a mantener entretenido el aparato y además tiene nutrientes.
*YES. Pastillitas de herbolario con anís para después de las comidas, ayudan a hacer mejor la digestión.

*NOT. Fumar, que hace daño a los pulmones lo sabíamos todos pero alomejor no sabías que también necrotiza el colon.

*YES. Comer poco en cinco comidas y comer siempre a la misma hora. Es un reto pero es muy beneficioso, tú no decides cuando ir al baño pero sí cuando empieza el proceso.

*NOT. Comer deprisa y sin masticar, la digestión empieza en la boca.

YES. Toallitas húmedas en l bolso. Si no hay papel higiénico me da igual, limpito como el de un bebé
NOT. Excusas y mentiras. Si tienes ganas de ir al baño es algo natural o acaso no dices en alto que tienes hambre? Los dos son manifestaciones fisiológicas que no puedes controlar.

Qué más puedo contaros, a los que sufrís SII no voy a mentiros, tendréis episodios, y tripita hinchada por mucho abdominal que hagáis, pero esto es como la migraña, va y viene, es molesta, te tendrá en casa algunos días pero se irá porque “ Nihil est pertettum” o nada es para siempre amigos, y después de baño aunque haya dolor, vendrá un día nuevo, no lo desaproveches.

A todos los que de oídas conocías esta enfermedad, o es la primera vez que sabeis de ella, os pido desde el corazón que la respetéis. Sé que el tema de “hacer del cuerpo” puede resultar hasta chistoso, pero en nuestro caso la mayor parte del tiempo no lo es.

He querido enfocar esta entrada desde un punto esperanzador, optimista, no sé qué pastillas nos curará, si existirá y las farmacéuticas no quieren soltar prenda, no sé si mañana tendré que abandonar mi puesto de trabajo para visitar a mi amigo el wc, sólo sé que hoy, me encontraba mal, me sentía abrumada por esta enfermedad y no quiero que nadie se sienta así, no permitáis que la gente cercana a  vosotros se sienta un bicho raro nunca más porque son más valientes de lo que creéis.

Hoy quería compartir mi enfermedad, y como se vive visitando el baño dos veces al día y sintiendo dolor, hoy me he atrevido a dejar constancia de mis vergüenzas, temores, luchas y victorias en mi blog, compartiendo mi experiencia y esperando que a alguien le haga bien. Sea como sea, dicha queda.

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¿Amigos?

De pequeña andaba siempre regalándome pulseras, collares y notitas con mis amigas donde ponía “Amigas para siempre”. Recuerdo a mi profesor de música de la E.S.O afirmando con seguridad que muchos dejaríamos de ser amigos cuando entrásemos en la universidad, que por costumbre las amistades de colegio no eran para siempre. También me viene a la mente esa frase tan repetida de “Si tienes un amigo tienes un tesoro” o “ Los amigos se cuentan con los dedos de la mano” , pues bien, con todos esos recuerdos y todas mis emociones hoy voy a hablaros de la  amistad.

En un mundo donde las redes sociales nos hacen usar la palabra amigo con demasiada facilidad ¿Qué es un verdadero amigo? Mi madre siempre decía que un amigo es con quien eres tú mismo, creo que estaba en lo cierto, pero le falta la segunda parte; un amigo es con quien eres tú mismo y quien saca lo mejor de ti.

Durante mi vida he conocido a mucha gente, y mucha de ella ya no está en mi vida. Sería una locura si conservásemos las amistades desde la infancia, y muy estresante; imaginaos que cantidad de felicitaciones navideñas, llamadas, reuniones, cumpleaños y complicaciones, porque no vamos a negar que cualquier relación con otro ser humano implica un esfuerzo, porque es complicado manejar  sentimientos y lidiar sin librito de ayuda con un sinfín de personalidades diferentes. Pero no nos desviemos, sí, sería un suicidio conservar todas las amistades que fielmente prometíamos eternas desde que éramos niños.
Si mal no recuerdo mi primera “amiga para siempre” se llamaba Silvia, y mi madre dejó de llevarme al mismo parque donde jugábamos porque al parecer mi mejor amiga era una influencia negativa sobre mí. Luego durante muchos años creí irrompible mi amistad con Ana, pero todo se fue al garete cuando repetí curso. Han habido amistades muy profundas como la que  mantuve con mi amiga Yone que acabó en decepción y traición a los dieciocho años, también han existido rupturas, como el portazo que me dio mi entonces amiga Cristina y la triste pero madura despedida que decidí tomar con mi muy querida amiga Vanessa. Me enorgullece la amistad de ya diez años que conservo con Belén y las nuevas incorporaciones como mi compañero Jon. Con esto quiero decir, toda esta lista de idas y venidas, de corazones rotos y lecciones, me deja confundida ¿Toda esa gente era amiga mía?

Uno de mis “defectos” que voy puliendo, es que soy bastante exigente con los demás, y mis valores y cuidados son más oposiciones a la mesa redonda de Arturo que a una amistad convencional. Un barómetro que también me adjudico, porque me presento como alguien leal y pido lo mismo a los demás.  Este criterio también me ha ayudado a filtrar a mucha gente “inservible” que conservaba en mi vida por cariño, pena, melancolía o por cualquier otro interés. Porque en mi opinión la amistad, igual que el amor, es también un ejercicio egoísta de querer recibir tanto o más que lo que se da.
Con el paso del tiempo, y el valor que dan los años, he comprendido que hay que ser más cuidadoso a quien se llama amigo. Hacer una lista de amigos no debería de llevarnos más de diez minutos, y si lector, transcurren ese intervalo replantéate qué es la amistad para ti o date una efusiva enhorabuena.

Quizás mi criba es demasiado pretenciosa, pero ¿Por qué compartir tu tiempo con alguien que no merece la pena? Habréis oído muchas veces el término “personas tóxicas” y no sólo es referente al amor; todos hemos lidiado alguna vez con esa persona a la que tenemos aprecio pero que nos hace más bien que mal. Muchas veces y está vez al igual que en los noviazgos y matrimonios, respetamos la presencia de la otra persona por pura costumbre, dejando que ésta ocupe el lugar de otro tal que aportase algo interesante en nuestro día a día.

La amistad es un regalo, pero también es una responsabilidad y una elección. Hay que ser más cuidadoso y valorar más nuestro efímero paso por la tierra y dejar de discutir o manejar con individuos que poniendo una balanza guardan más menos que más.  Además y como soy así de rigurosa voy un paso por delante y digo otra “norma” un amigo debe de ser alguien que aporte algo a tu existencia.

La vida ya es un cúmulo de situaciones insolutas y banales para pasar el siempre insuficiente tiempo libre con gente sin ambiciones, sin gustos ni pasión, sin personalidad. Y en ese grupo está toda esa gente facilona que encontrarás y que vitoreará todos tus triunfos y será  correcto en sus formas pero que al final, en el recuento, su presencia no habrá aportado nada.
Gente “caldo de pollo” como me gusta llamarlos, que sí son de fácil digestión, su sabor es apto para todo el mundo, siempre entran bien, pero al final no te han quitado el hambre.

Es por eso que la relación entre humano – perro siempre funciona, porque es lineal porque es real y sencilla porque es directa, “tú me quieres, yo te quiero” y voy a estar cuando me necesites porque yo también te necesito. Vamos a reír y vamos a aburrirnos juntos, discutiremos cuando haya que ir al veterinario pero luego te daré las gracias por pensar en mí y saber de antemano que me enfadaré contigo pero que es todo en mi beneficio.
De todas formas ojalá que fuera tan cómico, y que las personas entregadas como yo no sufriéramos tanto al tener que decidir si sí o si no a quien habita en nuestra vida, ojalá que siempre se pudiera decidir ¿Verdad? Nos llevaremos alegrías y desengaños pero siempre bajo nuestra tutela. Quizás la próxima vez demos más tregua a la otra persona o tengamos más paciencia antes de acogerla “para siempre”.

Como conclusión, para mí un amigo es esa persona que te sabe hacer reír pero sin engañarte, que dice su verdad y que comparte la tuya. Un amigo es quien disfruta de ti, y por eso te cuida y te acerca a su vida. La amistad a duras penas, es el intento más honesto de ser amado y amar, y si no saben amarte bien, no valen la pena.
Sí, la amistad es algo complejo y sinceramente, no es eterna… por eso siempre debe de ser auténtica.

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Recolectando BELLEZA

Mi madre a quién tardé años en comprender me dijo varias de las frases más importantes y reveladoras de mi vida. Esas frases que guardaban actitud y mucho conocimiento eran completamente inútiles para mí cuando las oí por primera vez, sin embargo con el paso del tiempo, se han convertido en mandamientos, en revelaciones que guían todo mi estilo de vida. Hoy quiero compartir con vosotros una de ellas.

Durante mi adolescencia, con la llegada del verano, me tragué sin querer una lista de cutrefilms de terror que a mi edad me da vergüenza enumerar. Entre ellas había una peli, no soy capaz de recordar el nombre, sobre una chica que apurada intentaba coger el último metro de una estación en Londres y que finalmente perdía. Entre tanto pasillo y escalera se queda atrapada habiendo los del suburbano cerrado hasta la mañana siguiente. Buscando una salida, nuestra rezagada protagonista, se adentra en túneles y pasadizos que aterrorizarían a las mismísimas ratas de la capital Inglesa pero que, previsiblemente, albergan a una especie de zombies que como era lógico se la quieren comer. ¿Os queréis creer que es hoy por hoy y miro lo negro del túnel y siento repelús? Por lo contrario cuando terminé de ver la película aquella tarde, no noté ninguna diferencia, es más del bodrio que me pareció se la conté jocosamente a mi madre esa misma noche que con un desdén casi ofensivo me dijo “No sólo has perdido dos horas de tu vida si no que además ha sido en algo feo” ¿FEO? Pensé y continué la conversación. Es verdad que mi madre nunca veía películas de terror, pero hasta ese momento pensaba que era por puro desinterés, pues no, resultaba que mi madre tenía una propia ideología, algo así como un patrón, “No veo películas de terror, porque se almacenan en nuestra cabeza liberándose sin orden y he decidido que si algo va a ir guardándose lentamente en mi cerebro y va a aparecer cuando menos me lo espere, que por lo menos que sea algo BONITO”

Muchos años pasaron hasta que descubrí la gran verdad de aquello. La cabeza, en su sentido más práctico, selecciona y olvida cosas al alzar. Sin haberlo nosotros aprobado visionamos una cadena de recuerdos que nos gustaría manipular pero que no podemos. No sólo es un factor de memoria, es algo más sensorial, revivimos y relacionamos conceptos, lugares, personas que a veces no son tan siquiera reales, pero al mismo tiempo hemos desterrado sentimientos que nos gustaría retener para siempre.

Cuántos años tardaría mi madre en aprender esta gran lección… en comprender que todo lo que vivimos sale y entra de una caja que se abre y se cierra caprichosamente, en la que sólo nosotros podemos variar el número y la cantidad pero no la intensidad ni la forma.

Moldeando ingenuamente esta idea empecé a seleccionar la BELLEZA en la medida que me fuese posible. Al principio escogí perderme entre olores reconfortantes, rodearme de compañía interesante y relajada, coleccionar fotografías que representasen en mí algo positivo, etc. Un poco más de tiempo hizo falta que para que perfilase mejor este legado y comprendiese que mi madre no hablaba de “Recopilar Belleza” si no de

RECOLECTAR BELLEZA

Como si de jardinería se tratase la belleza también se cultiva. Comienza con una pequeña semilla y con paciencia y dedicación se transforma en una esplendorosa y sonriente planta. Da igual si es verde, si en en vez de rosas te gustan los lirios, o si prefieres cosechar hortalizas, la BELLEZA es objetiva y muy poderosa, conmueve nuestro interior al mismo tiempo que le otorga fuerza.
Practica eligiendo en la medida que puedas qué cosas BELLAS quieres que formen parte de tu vida, regálate Belleza, alimenta pensamientos positivos. Estoy hablando desde saludar amablemente al conductor del autobús hasta de reformar tu autoestima reenfocando tu lenguaje, dirigiéndote a ti mismo algo bonito en vez de algo perfeccionista o abusivo.

Durante todo este tiempo me he dado cuenta de todas las veces que caemos en la fealdad. Yo misma (y es el colmo) siguiendo por redes sociales a personajes que detesto hasta que me encuentro a mí misma un día mirando una foto de tal bloguera y pensando “Qué petarda” pero digo ¿Por qué? Y no sé contestarme, supongo que es por la misma razón por la que me engancho con programas del estilo “Crímenes sin resolver” aún sabiendo que luego me quedo con ese sabor de injusticia y desconsuelo (y de pérdida de tiempo que también es muy fea). No, no quiero favorecer la fealdad, el mundo está lleno de horror, de miserias, de drama. Mi madre lo sabía, conocía de primera mano el dolor, la decepción y el miedo ¿Por qué ocupar un espacio tan importante de cosas tan maliciosas? No, nunca más, la vida se encargaría de enseñarle la cara más triste le apeteciese o no, por qué entonces, en esos pequeños instantes que la vida le daba a elegir iba a conformarse con algo que no sacara lo mejor de ella? A mí me gusta compararlo con comprar folios blancos o de colores, que sí, que puede que el rosa sea cursi, que no sea práctico pero ¡me encanta! Y es sólo una pequeña elección que cambia mi estado de ánimo, así que imaginaos miles de esas decisiones.

Es muy fácil recolectar belleza, hay mucha belleza, hay belleza incluso en la fealdad, sólo hay que saber extraerla.
Yo sigo entrenando, ejercitando este mensaje que mi madre sin querer un día me enseñó y que ahora os descubro a vosotros .Como sé que a veces sólo se necesita un empujoncito os dejos esta foto, dicen que los elefantes tienen mucha memoria…tengamos una nosotros llena de cosas tan BONITAS como esta.

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¨En la memoria de Lydia, mi mamá, tú serás siempre BELLEZA para mí.¨

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Cuando se dice adiós

CUANDO SE DICE ADIÓS

Adiós de  despedida, no un hasta la vista y un menos todavía hasta mañana, si no un adiós de esos que implican mucho tiempo y medidas, de los que cierran una etapa.
Me refiero a ese tipo de adiós, el que a veces más cuesta, más duele o  en mi caso el que más he usado, el que más en mí abarca.

Porque soy así, porque doy la bienvenida a cualquiera, le amueblo un piso y lo instalo cual casera, le despacho si no paga o no me convence la fianza pero me quedo sin argumentos cuando tengo que limpiar su presencia de la casa, acobardándome ante la idea de volver a alquilárselo a alguien, de confiar y meter la pata.
 
Reconozco que en ocasiones me paso de samaritana y me cuesta deshacerme del muerto, y peleo y me machaco, intento y reintento ensamblar algo que nunca fue perfecto y cuando me doy cuenta el sartenazo me deja hecha trizas durante demasiado tiempo. Que he intentado cambiarlo eh, ser mas desconfiada o más seria, pero aunque soy exigente parece que sólo se asoma mi exquisitez al final de la historia y cuando tomo la decisión de zanjar la relación cual justiciera ejecuto y puede que el corte tan certero y afilado manche demasiado y aunque ya haya tomado la decisión siempre queda el ¿Qué hubiese pasado?

Y es ahí cuando la cosa se pone turbia, cuando ya nada me echa para atrás y cuando más sufro, es después de la despedida cuando se cuelan los recuerdos y yo soy todo de recordar buenos momentos. La confusión de querer remediarlo todo y de estar segura de que no tiene remedio, la melancolía, la inoportuna y fanfarrona melancolía que te hace oler con más intensidad su perfume, citarle en todas las anécdotas, imaginar cosas absurdas y culparte de todas las cuentas. Arropada en lo que pudo ser y no cuajó a tiempo, enamorada de lo feliz que fuiste y desencantada con tu propio sentimiento.

Sin engaños, que lo mismo acontece a una amiga, a una pareja o a un hermano, la vida da muchas vueltas y ya lo decían desde antaño “Nada es para siempre” no pueden negarlo.
 Pasan 6 meses o tres años y descubres asustada de que algo ha cambiado, que medio le has olvidado, que ya no te acuerdas del primer regalo y algo de aquello vuelve a ti como por encargo, esa parte chiquitita y tan valiosa que le diste sin aguardar nada a cambio, bueno eso sigo esperando.

Pero a mí me queda mucho andar, mucha gente, y alguna que otra noche llorando, para reclamar eso que tan gustosamente le dejé firmado, esa parte de mí que su presencia había creado y que permanecerá  en mí y que tiene él a cargo, algo que ya no controlo, algo de mí que le sigue amando y que sospecho ninguna distancia podrá pararlo.

No hablo de amor, ni hablo en el arrepentimiento,  muchas veces un adiós vale de escarmiento, no me lo han dicho, lo he vivido y creo cierto que si dos caminos se separan es por un motivo aunque no sea concreto.

Pero entonces ¿Cómo se dice adiós? Si a alguien que no te importa, lo dices sin recelo, sin miramientos, pero ¿Cómo se dice adiós a alguien que has cogido afecto? Cómo te despides de alguien que ha formado parte de tu historia, de tu vida, ¿Cómo le indicas la salida?
Yo he concluido e intento predicar con el ejemplo, que no dices adiós del todo, que sólo enmarcas el recuerdo, creo que algo he aprendido, algo he descubierto,
 se dice adiós guardando la experiencia en una caja, respetando que el amor y el dolor convivan dentro.

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Crítica de Spring Breakers

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Con la completa seguridad de que la película de la que voy a hablaros ahora va a ser un rotundo éxito de taquilla, y aún sabiendo que mucho de vosotros no vais a compartir mi opinión, me veo obligada a criticar Spring Breakers

Tras un tentador tráiler, pico y caigo en pagar la escandalosa cifra de 7euros por ver un film que pretende ser igual de escandaloso aunque no supera su más que mascada fórmula de “tetas, drogas y armas”

Spring Breakers es una excusa mediocre para promocionar a cuatro jovencitas y desencasillarlas de su roll Disney en una inexistente interpretación; destaca notablemente  Vanessa Hudgens por aguantar una desagradable y ordinaria mirada de cachonda pervertida durante  semana y media, que es lo que calculo tardó el rodaje de la cinta.
 Planos censurables, cámaras lentas y escenas lésbicas acompañan a Rachel Korine y Ashley Benson en los que es su debut más prometedor (seguro que están convencidas de que de aquí al Oscar van dos papelones como estos) Sin olvidarnos de Selena Gomez y su “ni contigo ni sin ti” al no poder desacerse ni queriendo de sus miedos a enfrentarse a un papel como este, miedos y falta de vergüenza que por qué no decirlo han superado sus compañeras inútilmente.

El papelito de James Franco, significativo por ser una copia facilona del personaje que carismáticamente interpretaría Gary Oldman en “True Romance” escrita por Tarantino y de que en su caso es lo más parecido a un chiste. Y me viene a la cabeza  la idea de  que si esta peli por lo menos hubiese sido del citado director hubiera sido entretenida pero lo peor de Spring Breakers es que resulte tediosa y vacía, que las escenas repetitivas se mal cuelen en un guión nada orquestado y que resulte cansino tanto cachondeo juvenil.

Haciéndose al uso de la reciente moda Ganster Glam que supura Hollywood y sabiendo que miles de niñas se sentirán invitadas al despelote mayúsculo, y que cientos de hombretones sólo irán a verla por ese motivo, Spring Brakers junta la moda alien de los 90, los colores retro de una Florida ochentera y los porros finolis que gastan personajes tan imitados, idolatrados y comercializados como Rihanna (porque ahora RiRi fuma petas pero petas de marca) como un intento nada currado de hacer un “El precio del poder” para el género femenino, porque sí esta peli es para tías, tías acobardadas que se partirán de las risa con tanto desfase y que tendrán ojos envidiosos en más de una escena. También es un film muy del público lésbico que si apartan su espíritu cinéfilo podrán ver dos horas de gratuita, innecesaria y preadolescente carne Mtv porque Spring Breakers ni siquiera puede optar a la belleza de ShowGirls (por muy baja belleza que esta fuese) Spring Breakers es un largo, repito largo, videoclip de Snoopy Dog, con una banda sonora de traca donde se cuela muy adrede dos temas de Britney Spears (es o no es este film una cinta pornográfica de Disney?  Sí Madres del mundo, lo es)

En tu butaca sentirás que la película no avanza, que ves más de lo mismo una  tonelada de veces y a la vez sabrás deducir con decepción todo lo que va a ocurrir. Mirarás el reloj y preguntarás ¿Cuánto queda? Pero no abandonarás el deseo de que suceda algo que por fin te capte, algo que sólo llega al final de la película en dos planos muy estéticos y elaborados pero que lamentablemente no salvan la cinta ni la rescatan del “más mediocre intento de obra de arte con resultado taquillero pero cinematográficamente lamentable” de estos últimos años.

Con todo y con eso Spring Breakers será muy recordada, por ese honor que el cine americano se atribuye de crear controversia como si fuese una cosa dificilísima y por ser la conjunción de lo que satisface a un espectador adolescente venido a más. Para haceros una idea es el  “Thirteen” del 2013, un “vamos a llamar la atención que cuela fijo” Algo que espectadores como yo podemos identificar muy claramente y que se nos indigesta  desde el primer minuto.

No se sienta culpable si quiere abandonar la sala antes de que finalice el film, si piensa en su agenda de mañana o si tiene más ganas de ir al baño de lo normal, es simplemente aburrimiento. Tampoco se inquiete si por el contrario disfruta de la película, los protagonistas son muy guapos, también puede que nunca haya tenido unas vacaciones alocadas o que crea que todas las “Vacaciones de Primavera” son así.

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